Ojo con los baños demasiado calientes
Curiosamente, los baños de agua muy caliente tienen un efecto similar al calor recibido del sol. Si la diferencia entre la temperatura exterior (al salir de la ducha) y la del agua es grande, nuestra presión arterial puede descender de forma súbita por una vasodilatación excesiva. Los entendidos recomiendan que el agua del baño o ducha sea tibia (más o menos como la temperatura corporal, es decir alrededor de 36º) y no alargar excesivamente la limpieza corporal.
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